Danzas en el Renacimiento: primera parte

No es casual que el Renacimiento se haya originado en Italia. Este país venía experimentando un crecimiento económico y social sin parangón en Europa: la financiación de las Cruzadas, el desarrollo de la libre competencia frente al corporativismo de la Edad Media, la primera organización bancaria de Europa. Nace el modelo capitalista, y con ello nace una nueva clase social, la burguesía. Italia contaba por lo tanto con todos los medios técnicos para dar comienzo a uno de los mayores cambios sociales, artísticos y científicos de la historia de la humanidad.

Durante el Renacimiento se retoma el principio griego de la proporcionalidad y racionalización del arte. Ya en el Clasicismo las proporciones de la representación del cuerpo humano debían ser matemáticas para responder al sentido estético de la época, y lo mismo ocurría con la música. Pero el Renacimiento trasciende la simple rememoración del pasado clásico. La investigación sobre el cuerpo humano se ahonda con los primeros estudios de anatomía y los estudios de las proporciones del cuerpo realizados por Da Vinci.

No es de extrañar que los temas representados también variaran, ya que el principal destinatario del arte ya no era la Iglesia, sino la burguesía adinerada emergente. Esta burguesía era la principal consumidora de espectáculos de teatro, música y danza. Como en el resto de las artes, las artes escénicas volvieron al pasado mitológico grecorromano, e hicieron de él su principal motivo de representación.

Estos espectáculos se brindaban en ocasión de bodas aristocráticas, o también para agasajar embajadores de otros países. En estos casos el despliegue y la dedicación que se ponía en ellos se acentuaban aún más, puesto que los espectáculos se volvían un instrumento de propaganda política. Prueba de estos esfuerzos son las colaboraciones de artistas como Boticelli o Da Vinci en las escenografías. Las cortes contaban ya con sus propios coreógrafos y cuerpos de danza y teatro, dando pie por primera vez a la existencia del coreógrafo y el bailarín profesional. La nueva forma de bailar pretendía representar todo el refinamiento y la delicadeza de los modismos cortesanos y aristocráticos. Este aire aristocrático y refinamiento en la postura son todavía hoy características esenciales del ballet, que se perciben en los suaves movimientos de brazos y manos, los hombros despejados, el cuello largo y la espalda recta. La indumentaria de los bailarines también era la de la aristocracia, por lo cual los movimientos todavía estaban muy limitados, especialmente para las mujeres, por los pesados vestidos.

La consabida racionalización que experimentaron la pintura, la escultura y la arquitectura también se vivió en el mundo de la danza. Aparecen los primeros manuales sobre danza y coreografía, que describen, analizan y estructuran por primera vez los rasgos esenciales de este arte.

Domenico Da Piacenza es considerado el primer coreógrafo profesional de la historia. En 1451 redacta un manual llamado De arte saltandi et choreas ducendi, que se divide en dos partes. En la primera, habla de los cinco elementos de la danza: compás de medida, manera, memoria, división de terreno y "aire". Se trata de las características más elementales. El compás de medida es la musicalidad que ha de tener el bailarín. La manera es el modo de interpretar la pieza, acorde al temperamento del artista. La memoria es una característica primordial del bailarín, para recordar la coreografía. Los otros dos puntos hacen alusión al espacio, horizontal y vertical, que ocupa el bailarín en el escenario. En la segunda parte, Domenico Da Piacenza habla de los pasos de la danza, y los divide en nueve “naturales” y tres “accidentales”. Un paso natural es el andar, mientras que entre los accidentales se encuentran pasos que todavía forman parte de la técnica de ballet: el entrechat, el pas de bourré (cambio de pie) y el pas de bourré courru (paso corrido). Naturalmente, esta nomenclatura todavía no se utilizaba en francés.

Despertaba la danza después de un letargo de siglos, y ocupaba un lugar cada vez más preponderante en los espectáculos organizados por la aristocracia y las cortes. Pero el impulso definitivo de este arte lo darían Catalina de Medici y Enrique VIII, al importar este arte a Francia e Inglaterra, respectivamente.

Continuará...


1 comentario:

Camila dijo...

Estaba buscando datos sobre el renacimiento en europa y por eso quería conocer todo sobre aquel momento. Por suerte en internet hay excelentes opciones cuando nos toca hacer trabajos para el colegio